En el estrés
homeostático y en el alostático, la amenaza se cierne sobre algún parámetro o
función
específica de nuestro organismo (temperatura, concentración de
glucemia, presión arterial, adaptación al ayuno, adaptación a vivir en altitud
elevada). Y se activan ciertos mediadores que solventan el problema específico
generado (insulina, hormona ADH, angiotensina II). Pero todos los seres vivos
estamos expuestos a ciertos acontecimientos que atentan no solo contra algún
parámetro o función particular del organismo, sino contra la estabilidad de
todo nuestro organismo al completo; es la pantostasis, del griego pantos, que significa «todo» y estasis, que significa «estabilidad». Frente a
estas amenazas se requiere una respuesta más global y contundente a la que
hemos denominado estrés pantostático.
Las principales
situaciones que desencadenan estrés pantostático en la naturaleza son:
predadores, accidentes, heridas, territorialismo, jerarquías, infecciones,
hambrunas, quemaduras, aislamiento, aglomeraciones, intoxicaciones y
catástrofes naturales. Son las mismas que hoy nos afectan en sus versiones siglo XXI y que se pueden
clasificar como sigue.
1. Ambientales:
vecindario inseguro, contaminación química o física, vivienda poco confortable.
2. Familiares:
(pareja, familiar o amigo íntimo): matrimonio, enfermedad, muerte, divorcio,
hijos, familiares enfermos o discapacitados.
3. Laborales:
trabajo muy duro, insatisfacción laboral, precariedad, responsabilidades,
salario, convivencia.
4. Sociales:
pobreza, problemas financieros, discriminación, paro, aislamiento, soledad,
sexo, encarcelamiento, religión.
5. Internas:
enfermedad grave, preocupación constante, actitud pesimista, perfeccionismo,
autocrítica exagerada, ira excesiva o no expresada, expectativas vitales y
laborales no realistas.
6. Agresiones: Accidentes,
atracos, terrorismo, catástrofes naturales.
Cerebro y estrés
El cerebro puede
ser a la vez el problema y la solución. Este potente órgano, que nos aporta
ventajas grandes de supervivencia es, en gran parte, el responsable de muchos
problemas de salud que nos ocasiona el estrés. El cerebro puede recrear con
realismo una situación imaginaria potencialmente peligrosa; puede evocar y
reiterar el recuerdo de amenazas sufridas (la rumia).
Hay que tener en
cuenta que en cada situación de estrés pantostático siempre hay dos
componentes: uno fisiológico y otro psicológico. Y las posibilidades van desde
un estrés pantostatico puramente psicológico, con poco componente fisiológico
(la madre que aguarda impaciente la llegada de su hijo y se imagina que pueden
haberle sucedido todo tipo de problemas) a otro puramente fisiológico, con poco
componente psicológico (el joven es atropellado por un coche y queda en coma en
mitad de la carretera). Entre ambos, todo tipo de situaciones mixtas que
ustedes puedan imaginar.
Toda amenaza
pantostática pone en marcha la liberación de potentes mediadores como son las
catecolaminas, noradrenalina y adrenalina (que actúan en segundos) y el
cortisol (que actúa en minutos u horas. Actúan sobre prácticamente todos los
órganos pero los principales son: cerebro, músculos, aparato
cardiocirculatorio, aparato respiratorio, órganos metabólicos, piel, sistema
inmunológico, sistema de coagulación, sistemas inflamatorio y oxidativo,
control del dolor, sistema reproductor y sistema digestivo. El resultado, si
todo va bien, es la defensa del individuo frente a la agresión.
¿Cómo puede el
estrés pantostático causar una enfermedad?
El estrés puede
causar enfermedad (y hasta la muerte) cuando las fuerzas hormonales, nerviosas
y metabólicas se activan en exceso. Esto, en una sociedad desarrollada, puede
suceder por varias causas y sus combinaciones.
1. Una
liberación de mediadores aguda y de gran magnitud. A veces el evento amenazante
es de tal magnitud y se generan tal cantidad de mediadores que se dañan de
forma grave las estructuras internas, sobre todo cerebrales. Esto puede suceder
en situaciones traumáticas intensas, como sobrevivir a un atentado terrorista,
escapar de un secuestro o resultar ileso de un accidente de tráfico, en el que
un familiar murió a nuestro lado.
2. Estrés de
moderada intensidad y que persiste en el tiempo. En estos casos, día a día y
durante meses o años, nuestro organismo soporta niveles elevados de mediadores
de estrés y metabolitos que van lesionando nuestras células y minando las
estructuras corporales y acaban produciendo una enfermedad. Un ejemplo
característico es el de una persona que tiene que cuidar durante años de un
familiar enfermo de cáncer o aquejado de una grave discapacidad.
3. A veces
ocurre que una persona está sometida a situaciones estresantes de moderada o
leve intensidad, que se repiten cada día y varias veces al día: el vecino que
siempre tira basura en la puerta de nuestra casa, la joven a la que cada día
acosa un compañero de oficina.
4. La susceptibilidad
genética. Algunos individuos poseen una especial constitución genética que les
hace más susceptibles al estrés y menos tolerantes a los aumentos de los
metabolitos y los mediadores producidos. Esta es la razón de que algunas
personas resistan, sin que apenas les afecte, amenazas sociales, familiares o
laborales que a otras las derrumban.
5. La
susceptibilidad psicológica. Diversos acontecimientos y vivencias sufridas por
la persona, incluso en edades infantiles precoces (maltrato, falta de afecto),
pueden ocasionar una mayor susceptibilidad a los efectos del estrés.
Las enfermedades
del estrés pantostático.
El organismo
responde bien a las agresiones globales si no son excesivas y no se reiteran en
exceso (un golpe con el coche sin consecuencias personales graves, montar en
una montaña rusa). Pero las respuestas de estrés pantostático, cuando son
reiteradas y obligan a que el organismo desencadene la respuesta de estrés con
excesiva frecuencia (la bronca diaria del jefe en la oficina, soportar a un
marido borracho y maltratador, cuidar de un familiar gravemente enfermo) pueden
producir una enfermedad grave: síndrome metabólico, enfermedad cardiovascular,
disminución de las defensas inmunológicas, cáncer, envejecimiento, alteraciones
nerviosas y cerebrales y drogadicción, entre otras.
Últimos comentarios